
En un espacio donde el rosa se entrelaza con la madera dorada, las camas parecen susurrar secretos de hadas. La luz, atrapada en la suavidad de la tela, evoca un mundo de ensueño; porque, ¿qué es la felicidad sino una ilusión decorativa que se desvanece al amanecer?
En un espacio donde el rosa se entrelaza con la madera dorada, las camas parecen susurrar secretos de hadas. La luz, atrapada en la suavidad de la tela, evoca un mundo de ensueño; porque, ¿qué es la felicidad sino una ilusión decorativa que se desvanece al amanecer?