

En un espacio donde las nubes flotan y las sombras de los árboles susurran secretos, el sofá modular se transforma en un abrazo de algodón. Cada rincón, un poema de la infancia, donde la luz juega al escondite, y el tiempo se desdibuja como un recuerdo olvidado.
En un espacio donde las nubes flotan y las sombras de los árboles susurran secretos, el sofá modular se transforma en un abrazo de algodón. Cada rincón, un poema de la infancia, donde la luz juega al escondite, y el tiempo se desdibuja como un recuerdo olvidado.