
Inspirada en sus muros de encalado blanco, esa identidad que ilumina cada casa y callejuela, este espacio nace para integrarse al paisaje colonial sin romper su esencia. Un refugio de calma donde el blanco predomina y la luz acaricia cada rincón. Y al alzar la vista se descubre la Iglesia de Santa Prisca en Taxco, Guerrero, entonces el lugar cobra un sentido aún más mágico.
Inspirada en sus muros de encalado blanco, esa identidad que ilumina cada casa y callejuela, este espacio nace para integrarse al paisaje colonial sin romper su esencia. Un refugio de calma donde el blanco predomina y la luz acaricia cada rincón. Y al alzar la vista se descubre la Iglesia de Santa Prisca en Taxco, Guerrero, entonces el lugar cobra un sentido aún más mágico.