
El Comedor Tonatiuh fue concebido como un espacio que rinde homenaje a la cosmovisión azteca, pensado hipotéticamente para un militar cuya identidad se arraiga en la cultura prehispánica. El corazón del espacio es la mesa de madera robusta, sobre la cual reposan flores de magnolia, una jarra de barro y una concha de mar, evocando tanto la sencillez ceremonial de los elementos naturales como la memoria de los intercambios comerciales que los aztecas mantenían con otros pueblos indígenas. Los muros combinan texturas: dos de ellos con acabado rocoso, evocando la fuerza y permanencia de la tierra, y los otros dos en cerámica lisa, que aportan equilibrio y serenidad contemporánea. En el muro principal se proyecta una chimenea, coronada por la imponente representación del calendario azteca, símbolo del tiempo, del sol y de la trascendencia cultural. El diseño fusiona lo ancestral con lo moderno, creando un espacio donde el refinamiento convive con la raíz indígena, y donde cada elemento dialoga con la disciplina y el orgullo de su habitante. El Comedor Tonatiuh se convierte así en un santuario cotidiano, iluminado por la fuerza solar y el legado de una cultura que aún respira en cada detalle.
El Comedor Tonatiuh fue concebido como un espacio que rinde homenaje a la cosmovisión azteca, pensado hipotéticamente para un militar cuya identidad se arraiga en la cultura prehispánica. El corazón del espacio es la mesa de madera robusta, sobre la cual reposan flores de magnolia, una jarra de barro y una concha de mar, evocando tanto la sencillez ceremonial de los elementos naturales como la memoria de los intercambios comerciales que los aztecas mantenían con otros pueblos indígenas. Los muros combinan texturas: dos de ellos con acabado rocoso, evocando la fuerza y permanencia de la tierra, y los otros dos en cerámica lisa, que aportan equilibrio y serenidad contemporánea. En el muro principal se proyecta una chimenea, coronada por la imponente representación del calendario azteca, símbolo del tiempo, del sol y de la trascendencia cultural. El diseño fusiona lo ancestral con lo moderno, creando un espacio donde el refinamiento convive con la raíz indígena, y donde cada elemento dialoga con la disciplina y el orgullo de su habitante. El Comedor Tonatiuh se convierte así en un santuario cotidiano, iluminado por la fuerza solar y el legado de una cultura que aún respira en cada detalle.