

La pureza del blanco se entrelaza con sombras sutiles en un espacio vacío, donde la luz juega sus cartas. Cada línea en la pared, una promesa de lo que podría ser, mientras el silencio invita a soñar en una habitación que aún no ha decidido su destino.
La pureza del blanco se entrelaza con sombras sutiles en un espacio vacío, donde la luz juega sus cartas. Cada línea en la pared, una promesa de lo que podría ser, mientras el silencio invita a soñar en una habitación que aún no ha decidido su destino.