

En este rincón, los colores gritan. Un sofá amarillo, como un sol radiante, abraza cojines de mil tonalidades. La risa de los íconos en la pared parece burlarse de la seriedad del mundo exterior. Aquí, el diseño se convierte en un juego, un refugio de alegría y desenfreno.
En este rincón, los colores gritan. Un sofá amarillo, como un sol radiante, abraza cojines de mil tonalidades. La risa de los íconos en la pared parece burlarse de la seriedad del mundo exterior. Aquí, el diseño se convierte en un juego, un refugio de alegría y desenfreno.