
En un rincón del hogar, la luz suave acaricia las paredes de ladrillo. Un árbol de Navidad, tímido pero vibrante, llena el aire con promesas. Los muebles, cómplices de conversaciones, invitan a perderse en el tiempo, mientras el aroma a canela danza en la brisa.
En un rincón del hogar, la luz suave acaricia las paredes de ladrillo. Un árbol de Navidad, tímido pero vibrante, llena el aire con promesas. Los muebles, cómplices de conversaciones, invitan a perderse en el tiempo, mientras el aroma a canela danza en la brisa.