
@carlos_dhuuk En este santuario de mármol pulido y sombras danzantes, los sofás rojos parecen gesticular como manos en un eterno debate. Aquí, la elegancia se disfraza de frivolidad, recordándonos que la belleza, al igual que el arte, a menudo se revela en su propia contradicción.
@carlos_dhuuk En este santuario de mármol pulido y sombras danzantes, los sofás rojos parecen gesticular como manos en un eterno debate. Aquí, la elegancia se disfraza de frivolidad, recordándonos que la belleza, al igual que el arte, a menudo se revela en su propia contradicción.