
En este salón, donde la luz se enreda en la espiral de mármol, cada curva susurra secretos de opulencia. Los espejos, como ojos vigilantes, reflejan una belleza efímera, mientras los muebles dorados parecen susurrar: 'La verdadera riqueza reside en lo que nunca se posee'.
En este salón, donde la luz se enreda en la espiral de mármol, cada curva susurra secretos de opulencia. Los espejos, como ojos vigilantes, reflejan una belleza efímera, mientras los muebles dorados parecen susurrar: 'La verdadera riqueza reside en lo que nunca se posee'.