
En este dormitorio, la luz se despliega como un susurro, revelando un rincón donde la madera y el mármol se entrelazan. Un baño oculto, un espejo del alma, se transforma en un refugio de cristal, donde el tiempo se disuelve en vapor y el silencio se vuelve un eco de lo invisible.
En este dormitorio, la luz se despliega como un susurro, revelando un rincón donde la madera y el mármol se entrelazan. Un baño oculto, un espejo del alma, se transforma en un refugio de cristal, donde el tiempo se disuelve en vapor y el silencio se vuelve un eco de lo invisible.