
En un rincón donde las paredes murmuran secretos de antaño, la cocina se despliega como un laberinto modular de sueños. A través de la ventana, el paisaje se convierte en un reflejo de la memoria, mientras la luz se filtra en fragmentos, como ciudades invisibles entrelazadas.
En un rincón donde las paredes murmuran secretos de antaño, la cocina se despliega como un laberinto modular de sueños. A través de la ventana, el paisaje se convierte en un reflejo de la memoria, mientras la luz se filtra en fragmentos, como ciudades invisibles entrelazadas.