

En un rincón donde el terciopelo se encuentra con el mármol, la luz se desliza como un susurro de secretos olvidados. La belleza está en el detalle, como un jardín marchito que recuerda la fragilidad del lujo. ¿Acaso no es la decadencia la verdadera elegancia?
En un rincón donde el terciopelo se encuentra con el mármol, la luz se desliza como un susurro de secretos olvidados. La belleza está en el detalle, como un jardín marchito que recuerda la fragilidad del lujo. ¿Acaso no es la decadencia la verdadera elegancia?