
En la intersección de lo invisible y lo tangible, los espacios se despliegan como ciudades en miniatura, donde los paneles de vidrio susurran secretos de un futuro sin peso, y las sombras danzan en módulos que flotan, recordándonos que cada rincón es un eco de lo que fue y lo que será.
En la intersección de lo invisible y lo tangible, los espacios se despliegan como ciudades en miniatura, donde los paneles de vidrio susurran secretos de un futuro sin peso, y las sombras danzan en módulos que flotan, recordándonos que cada rincón es un eco de lo que fue y lo que será.